Abuso Sexual
Los traumas por abusos sexuales pueden producirse cuando la persona que es abusada está en su infancia o en su edad adulta, indistintamente. Como consecuencia de estos abusos, la persona que los ha padecido puede desarrollar un trauma, e incluso un trastorno disociativo en algunos casos.
Sufrir un abuso sexual es una experiencia terrible, lo que hace que superarlo pueda resultar extremadamente difícil. Las personas que han sufrido abusos sexuales suelen experimentar problemas emocionales diversos y complejos. La aparición de estrés postraumático, baja autoestima, culpabilidad o incluso sentirse sucio son frecuentes. E, incluso en aquellos casos más graves, pueden ser desencadenantes de la aparición de trastornos psicológicos más severos.
Cuando los abusos se producen en la infancia o la adolescencia, es frecuente que la víctima haya reaccionado con pasividad. Esto no es consentimiento ni mucho menos, ya que se debe al desequilibrio de poder entre abusador y víctima. El miedo a sufrir daños físicos, las amenazas o la vergüenza, hacen que el abusado lo sobrelleve en silencio. Esto suele complicar el problema, ya que con el paso del tiempo surge también el sentimiento de culpa; es entonces cuando surgen reproches hacia uno mismo, del tipo “debería haber actuado de otro modo”.
Por otro lado, cabe señalar que los traumas por abusos sexuales afectan a hombres y mujeres por igual. Así, resulta llamativo el hecho de que mucha gente cree que tan solo las mujeres son objeto de abuso sexual; en verdad, son numerosos los casos de abusos en los que la víctima es un varón. No obstante, sí que es cierto que en estos supuestos suele tratarse de niños.
Síntomas
Los síntomas de la ansiedad se manifiestan en diferentes áreas de la persona, las cuales son:
EN TU CUERPO

-
Dolores físicos sin razón médica que los justifique
-
Cefaleas, fibromialgias y trastornos gastrointestinales.
-
Trastornos de la conducta alimentaria
-
Dolores pélvicos crónicos
-
Crisis epilépticas
-
Desordenes ginecológicos

EN TU ESTADO DE ÁNIMO
-
Ansiedad, depresión o baja autoestima.
-
Estado anímico cambiante, tendencia a la ira o al llanto incontrolado (Bipolaridad)
-
Estrés postraumático
-
Trastorno límite de la personalidad
-
Actitud retraída o evasiva, tendencia a esquivar el contacto físico con otras personas
EN TU COMPORTAMIENTO

-
Autoagresión
-
Deterioro repentino en el desempeño escolar o laboral.
-
Aislamiento y ansiedad social
-
Dificultades en la relación en pareja
-
Comportamiento sexual inapropiado, en función de la edad de que se trate.
-
Intentos o ideas de suicidio